jueves, 24 de agosto de 2017

La historia de Cádiz contada entre basuras y falta de mantenimiento en el parque arqueológico de Varela

El parque arqueológico de Varela se iba a convertir en una referencia turística para Cádiz por los restos que se encontraron tras el cierre de los cuarteles militares que se ubicaron en estos terrenos de la avenida desde hacía décadas.

Una gran necrópolis con restos fenicios, romanos y púnicos se hallaba en su subsuelo que salieron a la luz y que obligaron a cambiar el proyecto inicial de gran parque de más de veinte mil metros cuadrados a otro formado por dos parques más pequeños. Uno tradicional en la zona norte, denominada Eritheya, entre la calle José Manuel Pascual y Pascual y la avenida de la Constitución de 1812, y otro en el sur, denominado Kotinoussa, destinado a la interpretación arqueológica entre esta avenida de 1812 y la calle Miguel Martínez de Pinillos.

En principio era una idea novedosa en Cádiz. Una zona ajardinada con un parque arqueológico aprovechando los restos descubiertos, creando así un museo al aire libre. 

Sin embargo, la falta de mantenimiento ha sido su común denominador, tanto con el anterior gobierno (ya la prensa local se hizo eco en 2014), como con el actual. 

Restos arqueológicos descuidados, vegetación seca por doquier, algún que otro desperdicio, albero irregular, paneles en mal estado y descuidados con pintadas o descoloridos. La labor divulgativa se difumina con este estado deplorable.


Aunque aparentemente desde el exterior pueda parecer que presenta un estado normal, un simple paseo nos enseña el verdadero estado de dejación y falta de mantenimiento.

Pero no sólo tenemos estos desperfectos por la falta de mantenimiento, que también, sino que la falta de civismo de algunos de los usuarios de este gran pulmón de las Puertas de Tierra y que cuenta como atractivo su fundamental carácter divulgativo de nuestra historia más antigua.

No sólo es ensuciar el recinto echando basura, hacer pintadas tanto en los restos arqueológicos como en los carteles divulgativos, también es no respetar las zonas de no acceso. 

Tal como se puede ver en la imagen se aprecian dos niñas dentro de los restos arqueológicos. 

Si la educación no parte de los padres para inculcárselo a sus hijos poco o nada se puede avanzar en es respeto de la ciudad. Este aspecto es fundamental, pero queda en el ámbito privado de la familia. Las administraciones educativas pueden hacer algo en la enseñanza del civismo, pero no es tema en este momento.


Las administraciones, en este caso el Ayuntamiento de Cádiz, sí pueden hacer mucho mejorando el mantenimiento de este recinto, de su limpieza, de su seguridad. 

Las delegaciones de Parques y Jardines, Turismo, Cultura, Medioambiente, pueden hacer mucho. La cultura es nuestro principal activo para atraer turismo y es nuestra gran industria, nuestro presente y nuestro futuro. Es un yacimiento de empleo, del uso del patrimonio para crear riqueza, en este caso con talleres formativos para estudiantes, guías turísticos, así como los propios de seguridad, vigilancia y mantenimiento.

Nuestros tres mil años de historia no pueden ser enseñados con basura en los restos arqueológicos o sus reconstrucciones, con caminos de tierra en mal estado o pintadas.

Es de vergüenza ver turistas leyendo unos carteles informativos de los restos arqueológicos, con un entorno de falta total de mantenimiento: parte de los muros sin piezas de lozas, vallas tiradas en el suelo ¿reservando qué espacio para que nadie pase? Sinceramente, para los que amamos el patrimonio y sobre todo a nuestra ciudad este tipo de cosas nos duele.

Cada uno tiene su labor y la nuestra es la de denunciarlo, y jamás Por un Cádiz Mejor cejará en su denuncia constructiva para el correcto estado del patrimonio de la ciudad, su conservación, su uso y la creación de riqueza y empleo.













  


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