jueves, 25 de abril de 2013

El resultado de la dejación: adiós al Drago de Tinte

Con casi trescientos años y el Drago del Callejón del Tinte se nos ha ido, como tantos otras joyas patrimoniales de este Cádiz nuestro. Habrá sido por soledad dado que los alumnos que durante tantos años anduvieron por ese patio, por vejez, enfermedad o natural. 

Sea como fuere, desde que la extinta Escuela de Artes y Oficios cerrara, el Ayuntamiento de Cádiz y la Junta de Andalucía tuvieron un nuevo enfrentamiento que dilucidara de quién era la responsabilidad de su mantenimiento y uso posterior. Mientras ambas administraciones discutían, una vez más por un tema de la ciudad en un debate absurdo, ha habido una nueva víctima, en este caso este elemento patrimonial incluido en el directorio de bienes protegidos de 1812. No ha servido para nada.

Durante todo este tiempo, la cancela ha estado cerrada a cal y canto, ¿se ha regado?, ¿se ha podado?, ¿se ha tratado sus enfermedades? Ahí está la cuestión, el Drago ha muerto por inanición.

Se busca responsable y no tirar tantos balones a casa del vecino.